Enviado por ETC Staff el
Es comprensible que los gobiernos se hayan enfocado en el acceso al “know how”, o sea “saber cómo”. Sin embargo, desde 1992, la experiencia nos ha enseñado, con altos costos y desperdicio de recursos, que el “saber cómo” debe acompañarse de “saber qué”: la evaluación de las opciones tecnológicas disponibles, y “saber por qué”: un análisis participativo de las necesidades socioeconómicas y ambientales que la tecnología podría resolver. La transferencia de tecnología —especialmente bajo la presión intensa que implica responder al cambio climático y al deterioro ambiental— sin evaluación, es peligrosa. Como algún generan imaginario dijo a sus jefes políticos: “si lo que quieren los vuelve locos, lo que tendrán serán locuras.” Aquí algunos ejemplos recientes de dónde se podrían estar desperdiciando tiempo y recursos con tecnologías presumiblemente limpias...
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