Agosto 26, 2004

El CGIAR y la contaminación transgénica. ¿De paternalista a depredador?

Ocupándose del negocio

Completamente alejado de su papel como red de investigación pública, el Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional, (CGIAR) está conspirando con la industria biotecnológica (incluyendo Monsanto y DuPont) para elaborar una política de respuesta al molesto e incontrolable reguero de transgenes. La reunión tendrá lugar en Roma, desde este lunes, y ocurre tres años después de que los científicos confirmaron por primera vez la contaminación transgénica del maíz en México, y dos años después de que las organizaciones de gricultores y ONGs aliadas convocaron al CGIAR y a la FAO a tomar acciones. Las organizaciones de agricultores no están invitadas a la reunión.

Taller sobre políticas: Este lunes en Roma comenzará el taller para elaboración de políticas en torno al problema de la presencia indeseada de transgenes. Habrá 30 participantes, entre invitados de la industria biotecnológica y de los institutos nacionales e internacionales de investigación, que se ocuparán durante dos días y medio de construir estrategia para responder políticamente al problema global de la contaminación transgénica en los campos de los agricultores. La reunión contará con las opiniones de Embrapa de Brasil, CGEN de los Países Bajos, y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. También se incluyen presentaciones de tres representantes de la industria incluyendo Monsanot y DuPont. Entre los ponentes no hay nadie perteneciente a las organizaciones campesinas, ningún elaborador de políticas de los gobiernos del Sur, agencias de desarrollo u organizaciones no gubernamentelaes que estén enteradas de los temas. La FAO está invitada pero no tiene un lugar específico de participación en el programa. Los organizadores del taller defienden su limitada lista de invitados, argumentando la naturaleza "técnica" de la discusión, aunque la invitación aclara que "el énfasis del taller debe estar en las implicaciones políticas y económicas que surgen de las diferentes aproximaciones al problema, y no tanto en los medios científicos y técnicos. El formato de la reunión pone el énfasis en los "puntos de acuerdo" después de la exposición de las posiciones de la industria, mientras el CGIAR y sus centros de investigación científica se deberían concentrar en producir recomendaciones políticas. (La invitación del CGIAR y el programa del taller como los recibimos el 20 de agosto de encuentan en documento adjunto).

¿Un protector que se alió con los depredadores? "El CGIAR se impuso utilizar la ciencia para aliviar la pobreza. Pero ahora parece estar más preocupado por ayudar a la industria agrobiotecnológica a salir de la crisis de su propia ciencia falible", dice Pat Mooney, del Grupo ETC con sede en Canadá. "La red de centros de inviestigación del CGIAR siempre ha tenido una forma paternalista para tratar a los agricultores y las organizaciones, pero esta es la primera vez, desde que los conocemos como un consorcio internacional de científicos del sector público, que cierran filas tan decididamente al lado de la industria. ¿Cuál negocio es el que están cuidando?"

El taller fue una actividad propuesta por el Comité sobre Política de los Recursos Genéticos del CGIAR en febrero. La invitación establece que los 30 invitados incluyen "representantes de los centros de investigación agrícola (más afectados), centros internacionales de investigación agrícola, el Servicio Nacional de Investigación Agrícola, las compañías privadas y expertos". Los organizadores supusieron que la noticia de la reunión se iba a filtrar, así que desde mucho antes (en el verano) anunciaron que arreglarían unaconferencia electrónica para escuchar la opinión de los que no serían invitados. Sin embargo el verano terminó y ante la rabia que ocasionó entre los agricultores el reporte de mayo de la FAO sobre el uso de la biotecnología agrícola, el CGIAR aparentemente decidió mantener la reunión en el más bajo perfil posible. Organizaciones de agricultores de pequeña escala, como Vía Campesina, están siendo obligadas a mantener silencio. Campesinos que a título individuaal vayan a la reunión pueden asistir solo medio día junto con el resto del comité, pero no tienen (al menos hasta ahora) el derecho a hacer ninguna presentación.

 

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